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SEGURIDAD LABORAL Y LAS ALTAS TEMPERATURAS CLIMÁTICAS



En época estival, las condiciones climáticas a las que se encuentran expuestos los trabajadores pueden ser la causa de accidentes de trabajo, algunos de ellos mortales. La causa del problema no es sólo la elevada temperatura, sino la acumulación excesiva de calor en el organismo, que se puede producir tanto por las altas temperaturas, como por el calor que genera el cuerpo en actividades físicas intensas. Además, existen factores personales que incrementan el riesgo de accidente como, por ejemplo, que los trabajadores puedan padecer dolencias previas (enfermedades cardiovasculares o respiratorias, diabetes, etc.)

El estrés térmico por calor resulta especialmente peligroso en los trabajos al aire libre, como en la construcción, la agricultura o en los trabajos de obras públicas, ya que, al tratarse de una situación peligrosa que fundamentalmente se da en los días más calurosos de verano, no suele haber programas específicos de prevención de riesgos como en el caso de los trabajos donde el estrés por calor es un problema a lo largo de todo el año. La exposición al calor puede causar diversos efectos sobre la salud, de diferente gravedad, tales como erupción en la piel, edema en las extremidades, quemaduras, calambres musculares, deshidratación, agotamiento, etc. Pero, sin duda, el efecto más grave de la exposición a situaciones de calor intenso es el golpe de calor. Cuando se produce el llamado golpe de calor, la temperatura corporal supera los 40,6 º C, siendo mortal entre el 15 % y 25 % de los casos.

La deshidratación es una de las principales causas de accidentes leves en el trabajo. Por ello es necesario que los trabajadores, especialmente aquellos que trabajan en los sectores que más riesgo tienen de sufrir accidentes por golpes de calor, se concienticen de la importancia de mantenerse correctamente hidratados en sus puestos de trabajo, para prevenir posibles incidencias y reducir los riesgos laborales.

La deshidratación ocurre cuando una persona pierde más líquidos de los que ingiere. Si una persona se deshidrata, significa que la cantidad de agua que contiene su cuerpo ha descendido por debajo de la concentración necesaria para que su organismo funcione con normalidad. Los expertos coinciden en que conviene tomar un mínimo de 8 vasos grandes de agua cada día, o fijando cantidades establecidas entre los 2500 y los 3000 ml.

Los golpes de calor por otro lado se producen por un incremento de la temperatura corporal, que puede ser debido a una exposición prolongada al sol, o a la realización de un esfuerzo físico en un ambiente caluroso o con poca ventilación.

Cuando ocurre esto, el cuerpo sufre importantes pérdidas de agua y minerales y tiene dificultades para regular su temperatura por los mecanismos habituales como la sudoración, produciéndose, como consecuencia, un aumento de la temperatura corporal. Al alcanzar el cuerpo una temperatura de más de 40 º, dichos mecanismos reguladores del calor quedan superados y entran en shock, produciéndose entonces el temido golpe de calor.

Los principales síntomas del golpe de calor son los siguientes:

Síntomas de primer nivel: Piel roja, caliente y seca; Sed intensa y sequedad en la boca; Sudoración excesiva; Sensación de calor sofocante y Temperatura elevada (+40 º ).

Síntomas de segundo nivel: Debilidad muscular y calambres; Dolor de cabeza; Pulso fuerte y acelerado y Dolores de estómago y falta de apetito.

Síntomas de tercer nivel: Agotamiento; Nauseas o vómitos; Estado de confusión y desorientación; Pérdida de conciencia o delirio y Desmayo o, incluso, coma.

FACTORES DE RIESGO

Los factores de riesgo en el estrés térmico son:

Factores climáticos

  • Exposición a temperaturas y humedades relativas altas.

  • Ventilación escasa. Al aumentar la velocidad del aire, disminuye la sensación de calor porque se facilita la pérdida de calor por convección y por evaporación.

  • Exposición directa a los rayos del sol.

  • Trabajar con calor

Factores relacionados con el tipo de tarea

  • Dificultad para suministrar a los trabajadores agua fresca (trabajos en el exterior donde no existe punto de alimentación de agua, por ejemplo).

  • Realización de trabajo físico intenso.

  • Pausas de recuperación insuficientes. Es preferible descansar a cada hora. A medida que la temperatura es mayor, las pausas deben ser más largas y frecuentes.

  • Utilización de equipos de protección que impidan la evaporación del sudor.


Factores individuales

  • Pérdida de aclimatación. La aclimatación se consigue en 7-15 días, pero desaparece en tan sólo una semana.

  • Condición física. La falta de entrenamiento en la ejecución de tareas físicas intensas constituye un factor de riesgo.

  • Existencia de antecedentes médicos, tales como enfermedades del sistema cardiovascular, de las vías respiratorias, diabetes o insuficiencia renal.

  • Ingesta de determinados medicamentos, tales como antihistamínicos, diuréticos o antidepresivos.

  • Consumo de sustancias tóxicas, tales como alcohol o cafeína.

  • Sobrepeso. Las personas gruesas presentan una menor capacidad para disipar calor al ambiente.

  • Edad avanzada. Las personas mayores presentan más riesgo de deshidratación, ya que con la edad el mecanismo de termorregulación se ve alterado, produciéndose una disminución importante de la sensación de sed.


RECOMENDACIONES

  • Evita la exposición prolongada a los rayos del sol.

  • Busca un lugar acondicionado y protégete del sol, descansa en lugares frescos y con sombra.

  • Si te expusiste durante largo tiempo a altas temperaturas, báñate con agua tibia o moja tu cabeza en una tina con agua tibia.

  • Humedecerse con agua o usa una esponja mojada.

  • No consumas bebidas alcohólicas para disminuir la temperatura del cuerpo.Evita la exposición al sol en horas de mayor radiación (11:00 - 16:00 hrs.)

  • Usa ropa fresca y colores claros.

  • Aumenta el consumo de líquidos.



MEDIDAS PREVENTIVAS.

  • Durante el periodo de verano, organiza las actividades para que las que requieran mayor esfuerzo o exposición directa al sol, se efectúen a la sombra o durante las horas de menos insolación.

  • Utiliza ropa adecuada a la temperatura ambiente.

  • Evita exponer la cabeza al sol, utiliza gorras o sombreros

  • Prevé lugares adecuados para los descansos: sombras, casetas, etc.

  • Haz una ingestión abundante de líquidos (agua, bebidas isotónicas, té o zumos diluidos); un vaso cada 20 minutos.

  • Verificar las condiciones meteorológicas de forma frecuente e informar a los trabajadores.

  • Limitar las tareas pesadas que requieran un gasto energético elevado. Si es posible, proporcionar ayudas mecánicas para la manipulación de cargas.

  • Proporcionar agua potable en las proximidades de los puestos de trabajo.

  • Limitar el tiempo o la intensidad de la exposición, haciendo rotaciones de tarea siempre que haya sitios con menor exposición que lo permitan.

  • Planificar las tareas más pesadas en las horas de menos calor, adaptando, si es necesario, los horarios de trabajo.

  • Aumentar la frecuencia de las pausas de recuperación (cada hora, por ejemplo)

  • Evitar el trabajo individual, favoreciendo el trabajo en equipo para facilitar la supervision mutua de los trabajadores.

  • Informar a los trabajadores sobre los riesgos relacionados con el calor, sus efectos y las medidas preventivas y de primeros auxilios que hay que adoptar.

  • Actuación en caso de un golpe de calor

  • Colocar al trabajador en una zona a la sombra y en un ambiente frío, a ser posible.

  • Debe desvestirse al trabajador y se recomiendan duchas con agua fría (15-18 º C). No debe utilizarse agua más fría de 15 º C, ya que se produciría una disminución de la pérdida del calor, debido a una constricción de los vasos sanguíneos cutáneos.

  • Si el trabajador está consciente, suministrarle agua fría para beber. Si está inconsciente, colocarlo en posición recostado sobre un lateral de su cuerpo, con la cabeza ligeramente ladeada, el brazo inferior atrás, extendido, el superior flexionado hacia adelante y arriba y las piernas flexionadas, más la superior que la inferior.

  • Otra posibilidad es cubrir el cuerpo con toallas húmedas, cambiándolas con frecuencia y, preferiblemente, en combinación con un ventilador eléctrico o un dispositivo similar, para que la temperatura del cuerpo disminuya algo más.

  • Contacte con un médico y, si es posible, lleve al paciente al hospital lo más pronto posible. A menudo, una persona que sufre un golpe de calor puede precisar oxígeno, administración de suero por vía intravenosa y, algunas veces, medicación adecuada.



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